La venta no comienza ni finaliza con la venta misma.

A nadie se le escapa que estamos ante un entorno donde el consumidor posee un abanico de elecciones múltiple y además la información está cada vez más accesible.

Dejando de un lado la compra impulsiva en bienes y servicios de bajo precio, una  de las tendencias que se observan,es que el proceso de decisión de compra es cada vez más reflexivo y a la vez el consumidor se informa más.

Por tanto, el comerciante debe saber que el consumidor va a realizar un análisis y comparación antes de la compra de una manera u otra y en consecuencia, la venta no tiene porqué necesariamente inmediata, sino en ocasiones,diferida. Como comerciantes, lógicamente debemos ser conscientes de esta fase de búsqueda y comparación por parte del consumidor y aportar todos los elementos para que la toma de la decisión se decante por nuestro lado.

Me gustaría destacar en esta fase la importancia de los elementos emocionales que forman en mi opinión un elemento diferenciador.  En muchos casos, los elementos “irracionales” van condicionar enormemente el proceso de decisión de compra. Con ello quiero decir que las personas tomamos las decisiones con criterios racionales, sí, pero además el componente emocional es clave y en muchos casos dominante. Si me preguntáis en qué medida predomina el elemento emocional, pues depende de que estamos hablando, pero a la postre somos menos racionales de lo que parece.

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Dejo pasar el importante momento de la venta misma, para dar un salto y centrarme en la postventa. No creo que haya que pensar que la postventa se reduce únicamente a ciertos productos como eléctricos y similares.El servicio postventa es una fase más de la venta, no importa el sector.

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En mi opinión, hay que intentar eliminar cualquier freno, obstáculo, barrera, duda en el proceso de venta que pueda pasar por la cabeza del consumidor. Es clave por tanto,ofrecer una garantía de nuestros productos y servicios.  Intentar retener, atrapar a la fuerza a los clientes cuando la venta se ha realizado, son actitudes contraproducentes y además de vieja escuela. En definitiva, el cliente debe tener la tranquilidad que se puede equivocarse en su decisión de compra.

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Por tanto, en suma, diseñar una política comercial clara y transparente en nuestro comercio o establecimiento de cara al exterior , es clave para facilitar el proceso de compra y la vez fidelizar a nuestros clientes. A la larga trae consecuencias beneficiosas, seguro.

Y la frase de Séneca: «El lenguaje de la verdad debe ser, sin duda alguna, simple y sin artificios.»

¡A por ello!

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Comercio Sencillo

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